Patricia Ramírez: Focalicemos la atención en las cosas que dependen de nosotros.

 

Patricia es especialista en Psicología deportiva de alto rendimiento, autora de libros como Educar con serenidad,Estrena optimismo y Si salieras a vivir… Hábitos para disfrutar de una vida plena. También es una reconocida conferencista e imparte talleres para mejorar nuestro bienestar.

¿Cómo surge tu interés para dedicarte a la psicología y al coaching, sobre todo enfocado al deporte?

Acabé la carrera, hice el máster y el doctorado en psicología clínica y psicología de la salud, surgió en un programa de radio que unos médicos del deporte me pidieron consejos sobre un atleta, empecé a trabajar con él y a partir de ahí me metí en el mundo de la psicología del deporte, y he compaginado las dos durante 24 años.

Nos hablas de cultivar sencillos hábitos en Si salieras a vivir, ¿qué recomiendas para irlos formando? 

Para ir formando los 12 hábitos, la mejor manera de ir educándonos en los hábitos, primero es elegir uno porque uno no puede cambiar en este caso 12 cosas a la vez, tenemos que ser menos optimistas, porque cuando nos comprometemos con tantos hábitos, al final terminamos por no cumplir ninguno, entonces lo primero es elegir aquel que te motiva más, y a partir de ahí hay que buscar un plan para poder cumplirlo. Simplemente con fantasear un hábito no se convierte en realidad, tenemos que planificarlo, tenemos que hacer renuncias, tenemos que trabajar la fuerza de voluntad, tenemos que buscar la motivación, disfrutar cuando estamos intentando cambiar, ser muy comprensivos y compasivos con los errores que vamos a cometer mientras educamos ese hábito. 

¿Cómo gestionar la incertidumbre cuando empiezas un negocio, cuando desarrollas la faceta como emprendedor?

En un negocio hay una parte controlable y otra que no lo es, porque hay muchas variables que no podemos controlar, lo que aconsejo es que focalizamos la atención en las cosas que dependen de nosotros.

Si tú emprendes un negocio, o sea si tú eres emprendedor y quieres tener todo bajo control es mejor que te dediques a otra cosa, porque el emprendedor tiene que aprender a convivir con la incertidumbre; entonces la incertidumbre no lo podemos controlar en muchas situaciones, pero sí podemos controlar la sintomatología que puede producir, como puede ser la ansiedad o problemas de sueño, en pensamiento negativos… Sí podemos manejar esa sintomatología, pero tienes que aprender a convivir con un grado de incertidumbre.

¿Qué proceso enseñas para adquirir disciplina?

Para adquirir disciplina hace falta primero tener organización, porque no puedes ser disciplinado si no tienes con qué. Tenemos que saber primero con qué quiero serlo, si es con los hábitos de higiene, los hábitos deportivos, entonces vamos a hacer una lista, lo que llevamos es una checklist, una checklist de qué es importante hacer en mi vida:  

Meditar diez minutos, irme a la cama un poco más temprano, comer de forma saludable… Vamos a hacer una lista, vamos a ponerle un horario, vamos a chequearlas y vamos a no hablar con el pensamiento que nos boicotea y que nos dice: “pero si estás mejor en el sillón”, “venga un capítulo más de la serie”, “ya mañana te tomas otro café para recuperar la sensación de cansancio”. Vamos a intentar cumplir con lo que nos hemos propuesto.

Hay veces que ser disciplinado es ser responsable.

Simplemente con fantasear un hábito no se convierte en realidad, tenemos que planificarlo, tenemos que hacer renuncias, tenemos que trabajar la fuerza de voluntad, tenemos que buscar la motivación,
— Patricia Ramírez

¿Cómo desarrollar la capacidad para enfocarse en prioridades?

El foco de atención es algo que nosotros podemos dirigir. Las personas recibimos una bomba informativa diaria con cientos de miles de estímulos, si atendiéramos a todos nos volveríamos locos. Entonces lo que hacemos es meter un filtro para que se fijen en aquello que nos interesa. A veces, terminamos por poner el filtro en cosas que nos perjudican, y cuando tú te fijas en todo lo que no funciona, también terminas por tener resultados negativos. A la hora de enfocarnos en lo positivo hace falta que tú dirijas con tu pensamiento en aquello que te quiere fijar; si tú por ejemplo dices, “mira voy a estar más pendiente de lo generosa que es la gente”, ya tengo que primero programarlo con un pensamiento, “voy a estar pendiente de lo generosa que es la gente”, me lo marco con ayudas visuales porque si no se me va a olvidar, me pongo en la agenda: “fíjate en la generosidad de la gente”, me lo pongo en un post-it en el teléfono, de fondo de pantalla, y me voy fijando, cuando me siento con alguien digo voy a ver cómo es de generosa esta persona, y al finalizar el día lo ideal sería llevar como un pequeño diario de los actos de generosidad que he recibido; desde una sonrisa del camarero que te pone un café, a un compañero de trabajo que se ofrece a ayudarte, a una persona que te abre la puerta y te deja pasar primero.

El hecho de que tú tengas que registrar en un diario esos actos de generosidad, en este caso, uno se puede fijar en otra cosa, hace que eduquemos el foco de atención para que se fije en ellos.

La depresión empieza a ser un problema grave en el ambiente laboral, ¿cómo podemos frenar esa tendencia?

La depresión como la ansiedad, lo que tenemos que primero evaluar es de dónde surgen, es algo como muy particular, o habrá que ver en esa empresa, si tenemos una empresa que resulta que es súper exigente, que tiene un sistema de liderazgo totalmente autoritario, que no deja que sus trabajadores tengan responsabilidades, que son súper controladores, que no permiten el conciliar tu vida familiar, lo normal es que la gente termine con un estado anímico muy bajo, entonces tenemos que darnos cuenta que la calidad de vida en la empresa, o sea en la pregunta de “oye, ¿en esta empresa cómo se vive?”, cuando la gente dejó de hacer esa pregunta y tú dices aquí somos felices, no solamente reduces ese nivel de depresión, sino que aumentas muchísimo la motivación, el rendimiento, la eficacia, porque la gente que está a gusto en su trabajo, que lo disfruta, que se siente bien con sus compañeros; un trabajo en el que te permiten conciliar, tener flexibilidad horaria, ser creativo, tener responsabilidades, es un trabajo del que no te quieres ir. 

Nos hablas en tu libro Estrenando optimismo, de técnicas para desarrollar y manejar mejor las emociones. ¿Cuál es el primero paso para empezar a desarrollar estas nuevas técnicas?

El primer paso para mí es comprometerte con el optimismo. La gente dice que los pesimistas son gente más informada y que los optimistas como que no valoramos el riesgo, pero no es verdad. Las investigaciones demuestran que el optimista valora más la parte negativa, que el negativo la parte positiva de cualquier situación, entonces ser optimista tiene muchísimas ventajas, Así que el optimismo no puede asegurar el éxito de 

la vida, pero nos va a encaminar hacia él, porque nos permite ver la vida sin tanto peligro, de una forma más amable, nos permite confiar más en la gente a pesar de que la gente nos pueda fallar; o sea ser optimista no elimina el riesgo que tiene en la vida, pero sí nos hace enfocarnos y tener unas expectativas, que también consiguen que tú atraigas aquello que estás esperando de la vida. 

¿Cómo podemos transmitir a los niños esta inteligencia emocional? 

Las emociones, más que controlarlas hay que gestionarlas, porque el enfado, la envidia, los celos, son emociones naturales que uno tiene que sentir y adivinar por qué. O sea no puedo controlar y decir “no puedo ser envidioso”, no, sí puedo serlo y eso me está diciendo que decido tener un puesto de trabajo mejor como lo tiene Pepita, y eso me hará trabajar en ello. A los niños tenemos que enseñarles primero el nombre de las emociones, que son emociones naturales, que las pueden reconocer, que pueden hablar de ellas, que las emociones no significa, sobre todo las que nos hacen sentir tristes o frustrados, no significa que uno sea débil. Tenemos que enseñarles también a realizar actividades que les hacen sentir bien para compensar esos malos momentos, a meditar, a transformar su pensamiento para interpretar el entorno de una forma más positiva.

¿Qué prácticas de meditación tú utilizas y recomiendas?

Tengo varias aplicaciones en el móvil con técnicas de meditación, una es la de Inside Timer y otra se llama Rem: volver a casa, que tienen diferentes prácticas, la mayoría de las que yo practico están focalizadas en la respiración, son meditación mindfulness, y están centradas en eso, en ver cómo entra el aire y cómo sale, y tampoco tengo una práctica muy formal, en el sentido de “todos los días 15 minutos”; hay días que les dedico 3, otros 5. Otro es una meditación informal dibujando de lo que estoy completamente concentrada. Cuando voy a nadar también tengo la sensación de que medito, porque para mí nadar es un momento en el que me fusiono con el agua y no pienso en nada. Cada uno tiene que buscar su manera de estar atento a una sola cosa.

¿Cuál ha sido tu mayor reto en tu carrera?

Mi carrera ha sido como muy apasionante porque disfruto muchísimo de lo que hago. Lo que ha tenido más exigencia, fue el año del ascenso del Betis, porque yo llegué al Betis con Pepe Mel y me dijo antes de empezar casi la pretemporada, “Patri, este año hay que subir sí o sí”, entonces tú dices bueno aquí no hay plan B, sólo hay un plan A, hay un punto de no retorno, y trabajar todo un año con un punto de no retorno, a veces es complicado.

Saber que no tienes un plan B, en parte es agotador y exigente, pero también en parte te permite focalizarte sólo en el plan A porque no hay otros, y eso hace que toda la energía esté en un solo objetivo.

 ¿Qué te inspira?

La psicología, mis hijos, me inspira mi vida en general.

¿Qué te da miedo?

La enfermedad de los niños, no la mía, que los niños se pongan enfermos, eso me da miedo. 

¿Qué te dijeron que era imposible o creíste imposible, y después lograste?

No recuerdo nada. Igual y por ahí alguna vez me han dicho “no cantes, no cantes que no lo vas a conseguir en la vida”, pero tampoco lo he conseguido porque soy malísima para eso. Pero no he tenido, mi padre ha sido una persona que nos ha animado a vivir y llevar nuestra vida, y siempre nos ha dicho que no quería un abogado ni un médico, quería hijos felices; entonces hemos sido en casa todos un poco inconscientes con nuestros objetivos, no hemos sido como muy “mide el riesgo, mide la desventaja”, hemos salido a vivir, a ver qué pasa.

¿Qué retos tienes aún por conquistar?

Tampoco lo sé. Eso me lo preguntan mucho: ¿cuál es tu objetivo?, ¿que más te gustaría conseguir?, no sé. Me encuentro en un momento tan pleno ahora en mi vida que las cosas que me van saliendo como que fluyen, se me van presentando proyectos que me parecen atractivos y los voy cogiendo, pero yo creo que mi reto en este momento es seguir manteniendo mi vida serena, seguir escribiendo, seguir atendiendo a mis pacientes, dar mis charlas, mantener esta relación tan chula que tengo con mis hijos y con mi pareja, no sé, no busco ningún reto, no tengo en mente ser psicóloga de…, no sé, estoy bien así, no quiero más retos. 

¿Dónde podemos conocer más de tu trabajo?

Soy muy transparente y lo tengo todo colgado en mis redes sociales o en mi página web, o sea la gente que quiera conocer mi trabajo, con buscarme en Instagram o Twitter ahí yo voy colgando todo. Cuándo van a ser mis conferencias, talleres, lo que escribo, lo que público, ahí está todo. Y en mis libros claro. En el canal de YouTube que tengo dos, tengo uno que es el lado positivo y otro que es Patri psicóloga donde suelo subir todo lo que hago en prensa y en televisión.

FAVORITOS:

Canción: Tengo por un lado la nostalgia de Serrat, porque he crecido con él toda la vida y ahí me encanta, es que sería muy difícil, pero me gusta mucho cuando él dice que hay que saber aprovechar las cosas que la vida nos ofrece, que de vez en cuando la vida nos besa en la boca. Luego tengo un amigo que canta que es Borja Navarro que tiene una canción preciosa que es “Piensa las cosas sencillas”.

Película: Cualquier película de Woody Allen para mí es una maravilla.

Libro: El Principito

Lugar: Donde me siento más a gusto es donde está mi familia está claro, pero un lugar para perderme, me iría a las callejuelas de Venecia, y en cualquier cafetería de cualquier 

rincón de estos, de calles que se caen, me encanta.

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