Ana Romero: Hay que salir de la zona de confort para arriesgarse por un sueño.
Ana Romero, ha construido una carrera a base de trabajo, esfuerzo y disciplina. Conoce sus inicios, su motivación y el proceso que le a permito formar una carrera exitosa dentro del fútbol.
¿En qué momento te diste cuenta que querías ser futbolista?
No hubo ningún momento en el que yo dije “quiero ser futbolista”, sino que desde pequeña empecé a jugar futbol, porque mi padre era muy futbolero, y a mí me gustaba jugar a la pelota, entonces nunca mis padres me pusieron ningún inconveniente de que jugara fútbol, siempre en el colegio con los niños de mi barrio, estaba jugando futbol. Simplemente fue mi hobby en el que poco a poco fui dando más pasitos, hasta llegar a donde estoy hoy.
¿Quiénes han sido tus referentes?
Mi referente ha sido mi padre, porque era con el que empecé jugar, y básicamente con el que me la pasaba bien jugando fútbol, y a partir de ahí nunca he tenido un ídolo futbolístico, en el que yo me viese o quisiera yo ser como él, simplemente jugaba fútbol porque me la pasaba bien.
¿Cómo defines tu ética de trabajo?
Creo que sobre todo con mucha autodisciplina, porque al final el fútbol es un deporte en el que tienes que sacrificar muchas cosas, pero al final es tu estilo de vida y lo que tú eliges querer ser, ser futbolista y no salir de fiesta, o futbolista y te pierdes la boda de tu prima. Pero al final hay que ser autodisciplinada, y sobre todo creo que un valor es la lealtad contigo misma y con tus compañeras de equipo.
¿Qué hábito ha sido fundamental en tu carrera?
La constancia o la resiliencia, porque he tenido muchos momentos en los que he tenido que ir superándome continuamente, y he tenido también lesiones graves en las que he tenido que volver a otra vez a empezar de cero.
¿Cómo trabajas el aspecto mental del deporte?
Para mí es una parte muy importante, y una de las partes más difíciles, en la que puede marcar mucho la diferencia en los deportistas. No es muy común que haya personas que te ayuden, psicólogos que te ayuden, aquí por ejemplo si tenemos, pero en otros equipos también he tirado de psicólogos deportivos para ayudarme y prepararme mentalmente, porque al final, que es un aspecto tan importante como el físico. Al final la cabeza y cómo tú te hables, y cómo tú estés, influye mucho también en tu rendimiento deportivo, y es una parte que poco a poco se va desarrollando mucho más, y la gente va viendo que es muy importante.
¿Qué estrategias utilizas para gestionar la adversidad?
Principalmente intentar dar la importancia que realmente tienen las cosas. Una frase que a mí me gusta mucho del futbol es “lo más importante es lo menos importante”, y hay veces que hacemos un mundo de “hemos fallado”, “no hemos jugado bien”, y te llevas a casa todo el mal día de trabajo que has tenido, pero al final yo creo que eso solo genera más tensión, más presión. Al final es intentar sobre todo pensar positivamente, el hablarte y el tener pensamientos positivos, amarte tú misma cuando fallas, si una jugada ha fallado, olvidarte completamente y empezar con la siguiente.
También me gusta mucho, y lo intento practicar cuando estoy en casa, temas de respiración, visualizaciones, y son técnicas que la verdad a mí me han ayudado en cierto momento.
¿Qué te inspira?
Lo que más me inspira es el día a día, el disfrutar del fútbol sobre todo. Es tu trabajo pero estás haciendo lo mismo que cuando tenías 10 años con tus amigos, las relaciones que creas con tus compañeras, y sobre todo lo que te enseña el fútbol, para luego traspolarlo a la vida en general, porque al final la vida se parece mucho al fútbol, y el fútbol se parece mucho a la vida. Al final intento que mi vida sea un poco el reflejo de los valores que he adquirido al ser una deportista que juega en este caso al fútbol, y sobre todo que me haga también ser mejor persona.
¿Qué te dijeron que era imposible o creíste imposible, y después lograste?
Nunca me han dicho que fuese a hacer nada imposible, pero por ejemplo hay varios acontecimientos que nunca creí que podían llegar a ocurrir y ocurrieron, por ejemplo, cuando ganamos con la selección sub 19 el europeo, ahí ahora España siempre gana en categorías inferiores, y son una potencia, pero en ese momento nosotras perdimos la fase de grupos 7-0 contra Alemania y ganamos la final; era como algo imposible que al final lo conseguimos. Y romperme dos veces el cruzado, y seguir compitiendo al máximo nivel; siempre decían “se ha roto la rodilla, ya no estará igual”, o “va a tener que dejar el fútbol”, y ha sido como tener que evolucionar, porque claro obviamente pierdes otras cosas, pero ganas mucha experiencia de las cosas negativas que te pasan.
¿Cuál es el mayor riesgo que has tomado?
Fue irme de mi casa cuando recién empecé la carrera en Sevilla, y me fui con 18 años, tuve que trasladar el expediente de medicina a Madrid, y luego volví a hacerlo de Madrid a Barcelona, estaba ya a punto de acabar la carrera, y ahora tenía que hacer otro traslado de expediente e irme otra vez a otra ciudad, con lo que conllevaba el sacar la carrera de medicina; es mucho esfuerzo y he tenido que repetir asignatura. Esos fueron riesgos que tomé sin pensar más allá de las consecuencias que podía cargar para mi carrera académica, solo pensando en que era lo que sentía, y que era lo que tenía que hacer, salir un poco de la zona de confort. Igual que cuando me fui a Holanda, que al final decidí irme a un país extranjero, en el cual ni sabía hablar bien inglés, no sabía holandés, no conocía a nadie, y salí un poco de mi zona de confort para arriesgarme a un sueño que podía ser competir en otra liga que no fuese la española.
¿Un momento inolvidable?
La primera Copa de la Reina, la primera liga que ganamos con el Rayo Vallecano. Fue inolvidable porque fueron mis primeros títulos, también fue la primera vez que yo vivía fuera de mi casa.
FAVORITOS:
Canción: Niña voladora de Juanito Makandé.
Película: Intocable.
Libro: Los pilares de la Tierra, me gustó mucho, pero suelo leer muchísimo, El mundo amarillo también.
Lugar: Sevilla