Christian Gálvez: En mi educación no hay lugar para el fracaso
El presentador de televisión, escritor y actor español, Christian Gálvez, nos platica sobre sus hábitos, pasión por la escritura, la importancia de la paciencia y la perseverancia para alcanzar las metas.
¿Cómo fue el comienzo de tu carrera?
Duro. Pero positivo. Con puntos álgidos y brillantes y otros tristes y decepcionantes. Pero eso es la vida. Unas veces se gana y otras se aprende. En mi educación no hay lugar para el fracaso. Solo hay espacio para el “una vez más”.
¿Qué hábito consideras fundamental en tu desarrollo profesional?
Por encima de todas las cosas, la curiosidad, la observación, la perseverancia, el sacrificio y la pasión.
¿Cómo defines tu ética de trabajo?
Me gusta trabajar con honor. Si bien es cierto que la palabra y su significado ha perdido valor en estos últimos tiempos, siempre me gusta honrar la palabra dada, pedir perdón cuando me equivoco y dar las gracias cuando surge la oportunidad. En definitiva, trabajar con sentido común.
¿Quienes han sido tus ejemplos a seguir a lo largo de tu vida?
En realidad, mis padres. Tuve la oportunidad, siendo joven, de conocer a mi cantante favorito y a aun gran referente de la televisión. Me llevé sendas decepciones. Aprendí la diferencia de tener ídolos y tener referentes. Los referentes tienen defectos, y si no los pasas por alto, aprendes de ellos. Al final opté por la mejor opción. De mayor quería ser yo mismo.
¿Cómo surge tu pasión por la escritura?
En realidad, cuando tuve ganas de contar algo. Ese algo se lo debo a Leonardo da Vinci, un hombre demasiado manipulado y tergiversado. Creo que todos admiran al genio pero pocos conocen al hombre. Ahí estoy, intentando descifrar el verdadero enigma da Vinci. ¿Quién fue y cómo fue el hombre sin la pátina de genialidad?
¿Como lograste la disciplina para poder realizar tu trabajo en los medios así como también tu trabajo de investigación y escritura?
Es cierto que mi trabajo en los medios me aportan una tranquilidad extraordinaria, fuera de lo común. Pero con los hábitos que comenté, no podía estar parado. Necesitaba más. Leer te hace mejor persona, creo que escribir también. Al final se trata de administración de tiempo. Hay que sacrificar cosas, sí, pero cuando se hace de manera voluntaria el resultado final de tu perseverancia es tremendamente satisfactorio.
¿Qué te inspira?
Quién. Me inspiran aquellas personas que dan sin recibir nada a cambio. Me inspira cada profesional la que veo, al que pregunto, al que rebato, al que admiro, al que envidio. Me inspiran las personas con las que trabajo. Podemos estar de acuerdo en algo o no, pero admiro a las personas que miran en la misma dirección que yo. Intentar mejorar algo o a alguien. Eso me inspira.
¿Qué es el éxito para ti?
Hacer lo que quieres hacer, y que al final del día, cuando te vas a la cama, te provoque una sonrisa todo aquello por lo que luchas, independientemente del objetivo final. El éxito ya es el camino.
¿Cómo te mantienes saludable?
Estoy casado con una ex gimnasta olímpica, la única en llegar a cuatro finales en cuatro JJOO. Imagínate. Tuve un accidente de espalda y eso me impide hacer ciertos deportes que amaba, como snowboard, pero nos alimentamos bastante bien y hacemos deporte de manera asidua.
¿Que método utilizas para concentrarte y encontrar equilibrio en esta época de constantes distracciones?
La verdad es que es bastante complicado. Es muy difícil apartar el teléfono, o muy complicado no distraerte cuando trabajas frente al ordenador y tienes los navegadores abiertos. En mi caso, bajo a la biblioteca, me rodeo de libros, silencio, algo de incienso y me pongo a crear. Todo esto relacionado con la literatura. En el caso de la televisión es más fácil. Tengo un equipo estupendo que se encarga de que todo este preparado para que los que nos colocamos frente a las cámaras brillemos.
¿Confías más en el conocimiento o en el instinto?
Ambas. La preparación es fundamental, pero el instinto, el sentido común o la inteligencia intuitiva (como lo llama Malcom Gladwell) también es primordial. Creo que la mezcla de ambas es lo que otros llaman suerte. Pero “suerte” es una palabra en la que no creo. Una vez me dijo el director de un programa en el que trabajaba: “No te deseo suerte, eso es para los mediocres. Te deseo éxito”. Se me grabó a fuego.
¿Qué te dijeron que era imposible o creíste imposible y después lograste?
Muchas cosas. Me dijeron que, cuando empecé Caiga Quien Caiga, duraría tres meses. Estuve dos años y medio. Me vaticinaron solo semanas en la nueva etapa de Pasapalabra, y llevamos 10 años. Criticaron que otra persona del ámbito de la televisión publicara un libro que, seguramente, no habría escrito yo, y ahora soy respetado internacionalmente. No escribo esto con soberbia o con rencor, para nada. Plasmo con palabras esto aquí mirando hacia atrás con un único pensamiento: “Menos mal que no hice caso”.
¿Un momento inolvidable?
Hay muchos. Soy afortunado en eso. Tanto positivos como negativos. Pero son todos esos momentos inolvidables los que te forjan. Un contrato firmado, un despido, una boda, una operación de espalda, una nueva publicación. Al final recordamos nuestra vida a través de momentos, pero algunos se quedan anclados en la memoria para siempre. Tengo muchos.
¿Qué te hace sonreír?
Mi mujer. De vez en cuando Leonardo, cuando caigo en alguna de sus trampas.
¿Qué amas?
La verdad, la justicia, el honor, el perdón, la gratitud.
¿Qué te da miedo?
Volar. Bueno, no. En realidad lo que me da miedo es dejar de volar. Últimamente añado: “dejar de hacer todo aquello que me apasiona”.
¿Qué te hace sentir vivo?
Lo que más me hace sentir vivo es darme cuenta de que puedo dar más de mí. Que no he tocado fondo, que puedo seguir avanzando, mejorando. Eso me hace sentir bien. Y vivo, muy vivo.
¿Qué te hace sentir vulnerable?
Que violen mi intimidad. Si bien trabajo de cara al espectador, reconozco que soy una persona demasiado tímida para que le guste la fama. Eso me hace sentir vulnerable. Que haya personas que no se pongan en tu lugar. Unos lo llaman “el precio de la fama”. Yo lo llamo falta de sentido común.
¿Cual es el mayor riesgo que has tomado?
Posiblemente dejar un trabajo en el que había ascendido gracias a mucho esfuerzo porque no me veía en el futuro ahí. Me despedí, le conté a la directora que me veía trabajando en el mundo de la comunicación, aunque tuviera que empezar de cero, y lo único que respondió fue: “Estabas tardando”. Me dio fuerzas para, sí, empezar de cero, con las pilas de ilusión cargadas al 100%.
¿Cómo te ves en 10 años?
En realidad me gustaría verme tal y como estoy ahora. Con más conocimientos, eso sí. O, incluso, con más preguntas, con más dudas. Me encantaría seguir trabajando el televisión y entre libros. Sin embargo, son dos profesiones que no dependen 100% de mí. Mi futuro está en manos de aquellos que deciden ver mi programa o leer mis libros. Y, de momento, solo tengo palabras de gratitud hacia ellos.
¿Qué consejo te darías a ti mismo cuando tenías 20 años?
“Sigue así”. y, de vez en cuando, un : “Estudia más”. Ahora con 37 años estoy estudiando cosas que debería haber aprendido hace tiempo. Pero claro, eso solo se sabe con perspectiva.
¿Qué causas o fundaciones apoyas?
Me vuelvo con todas aquellas que tienen que ver con los niños. Trabajo o hago donaciones a Mensajeros de la Paz, Infancia sin fronteras, Fundación Aladina, Fundación Alia2, Protect y la Fundación curArte, a quienes dono todos los beneficios de mi colección de cuentos infantiles “El pequeño Leo”.
¿Qué proyectos estás trabajando ahora?
Estoy a punto de terminar la trilogía de las “Crónicas del Renacimiento” con el último volumen: “Salvar a Rafael”, estamos celebrando los 10 años de nuestro concurso “Pasapalabra” y preparando como comisario la gran exposición sobre Leonardo que estrenaremos para el 2019. ¡Mucho trabajo y mucha felicidad!
Favoritos
Canción: Be Still, The Killers
Película: La vita è bella, Benigni
Libro: El conde de Montecristo, Alejandro Dumas
Lugar: Firenze
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