Ana Katz : Si hay algo que amo del cine es que no hay grandes riesgos. ¿Un riesgo que podría ser?, ¿que la película sea mejor, peor?, no importa, nunca tengo esas cosas de estrés, por eso elegí esto

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En 66 edición del Festival de Cine de San Sebastián, conversamos con la actriz y directora, Ana Katz sobre la dirección de su película “Sueño Florianópolis", donde vemos el impacto de los viajes en nuestra vida y recuerdos, la evolución de las relaciones familiares y la NECESIDAD de de adaptarse a los cambios.

¿Cómo surge la idea de Sueño Florianópolis?

La película surgió primero como un recuerdo, una experiencia que vivía de chica junto a mi familia. Hacíamos esos viajes que hacían en los años noventas los argentinos a Brasil, en autos, de 1800 km los viajes, para llegar a la playa brasileña, y para tratar de robar un poquito de su identidad, que desde Argentina siempre se siente como más libre en Brasil, además de las playas, había un cambio de moneda muy favorable. Luego apareció esta idea de una pareja que se acababa de separar, que tiene hijos ya grandes, adolescentes, y que sin embargo desean irse de vacaciones juntos estando separados, que me parecía un punto de partida bastante interesante en sí mismo, como para ver cómo es la vacación de una familia que ya no forman parte del mismo grupo.

Esto llevó a que el guión  escrito junto a Daniel Katz, que es mi hermano, nos llevará a zonas de humor, y a zonas un poquito más melancólicas, y desde ahí trabajamos durante cuatro años el guión, hasta el rodaje que fue el año pasado, y después la película se estrenó el en Festival de Karlovy Vary, en la competencia internacional; nos fue súper bien, ganó el premio especial del jurado, el premio a mejor actriz Mercedes Morán, y el premio FIPRESCI de la crítica.

Es una genuina coproducción entre Argentina y Brasil; digo genuina porque no es que fue un intercambio de plata, sino que de verdad la película está hablada en portuñol, filmada en Brasil, con actores argentinos, que el guión así lo requería, y que fue un placer la verdad, poder hacer esa experiencia.

Irse de vacaciones es ir a renovarse. En cierta manera, ¿tú reviviste tus vacaciones al hacer este trabajo con tu hermano?

Sí, nos dio la oportunidad de revisitar esos recuerdos desde otro lugar, que era como nosotros mismos pero a través de una mirada de la ficción. La verdad es que lo que sucede adentro no tiene nada que ver con lo que nosotros vivíamos, pero sí al menos en mi caso, me permitió hacer un proceso diferente a cuando era adolescente y lo vivía junto a mis padres; cosas que las pensaba de una manera en ese momento, hoy la entiendo de otra, y esa fue una oportunidad de aprendizaje que me dio la película.


En tu rol de directora, ¿qué aprendizaje te dio esta película?
Fue la primera película que filmé fuera de mi país, más allá de que era co-producción, se filmó enteramente en Brasil; fue una experiencia genial para mí, si bien tenía experiencia en filmar afuera y en toda una época que dirigí publicidades filmaba mucho afuera, y viajo mucho por festivales, no era el hecho de filmar afuera, sino de conectarme con técnicos y actores de otro país que me resultaron maravillosos, y que me permitieron darme cuenta que pasadas ciertas diferencias más bien coyunturales, el idioma del cine es universal.

Había filmado también como actriz Kiki en España, y también había vivido una experiencia maravillosa junto a Paco León, el director, y el resto de los actores. También filmé como actriz una vez en Francia, y ahí fue ridículo porque éramos un equipo donde el idioma que se hablaba era francés, alemán, inglés y portugués, y todos hablaban en distintos idiomas, pero sin embargo cuando la cámara se encendía y la escena ocurría, estaba todo clarísimo, y todos estábamos de acuerdo en cuando salía bien y cuando no. Es algo lindo para quienes hemos decidido y optado por el cine como camino, es que es un oficio que te permite acercarte sin distancia, a distintas personas de distintos países, eso fue algo que aprendí.

En el cine, si hay algo que amo del cine, es que a diferencia de un cirujano, no hay grandes riesgos. ¿Un riesgo que podría ser?, ¿que la película sea mejor, peor?, no me importa, nunca tengo esas cosas de estrés, y por eso creo que también elegí esto
— Ana Katz
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¿Qué destacas de la relación entre Lucrecia y Pedro?
Se quieren. Ya no son una pareja, pero lo que me gusta es que en todos sus intentos hay un cuidado que tienen uno del otro; a veces lo hacen mal y son egoístas y torpes, pero el origen de todo eso, siempre es una especie de amor que tiene que ver a veces con una historia compartida larguísima, con una familia compartida, tal vez la pregunta en relación a ello, desliza hacia otra pregunta qué es ¿qué es el amor?, ¿qué es la pareja a través del tiempo?, eso creo que es lo que más destaco entre ellos.

¿Qué representa el Festival de Sebastián en tu carrera?
Es un festival que me recibe con un cariño enorme, siento un agradecimiento muy especial, todas mis películas han pasado por aquí, me siento muy cercana a mis recuerdos también cuando vengo. La verdad es que nunca es indiferente mi vínculo con este festival, reconozco un cariño muy especial.


¿Qué hábito ha sido fundamental en tu carrera?
La intuición y la perseverancia.

¿Qué te inspira?
Los momentos donde se cuela algo como con una gracia del momento, lo fugaz, como algo donde está todo armado de una manera, y pasa otra cosa, eso me inspira; los quiebres de lo preparado me gusta.


¿Qué te da miedo?
Lo solemne, lo oficial, la respetabilidad, todo eso me da miedo de volverme muy rígida.


¿Qué creíste imposible o te dijeron que era imposible y después lograste?
Tuve la suerte de tener un padre y una madre que me abrieron mucho las puertas para que yo experimente.
En relación a lo artístico, estudié actuación desde los 6 años, y nunca se me ocurrió que era algo raro o problemático dedicarme a esto, porque fue como que siempre estuve cerca de eso.

En relación a como mujer, desde el feminismo, nunca se les ocurrió que no pudiera hacerlo porque era mujer, nunca se me ocurrió que me podía impedir el machismo ser directora, o sea que casi que ni me di cuenta de las dificultades que fui enfrentando.


¿Cuál es el mayor riesgo que has tomado?
Los mayores riesgos son afectivos siempre. En el cine, si hay algo que amo del cine, es que a diferencia de un cirujano, no hay grandes riesgos. ¿Un riesgo que podría ser?, ¿que la película sea mejor, peor?, no me importa, nunca tengo esas cosas de estrés, y por eso creo que también elegí esto; la realidad sí me parece más riesgosa.


¿En qué proyectos estás trabajando ahora?

Estoy trabajando en tres proyectos. Uno que está casi por empezar a filmarse que se llama “El perro que no calla”, después otra película que va a ser infantil que se llama “Almendra”, y después otro proyecto que me tiene muy entusiasmada también que se llama “Águilas plateadas”.

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