El auge de los festivales boutique en América Latina
por Montserrat Valdes
Pequeños, curados y con alma. Así son los nuevos festivales que están conquistando a una audiencia que busca algo más que un gran cartel.
En la última década, los festivales masivos han dominado la conversación musical. Pero en los márgenes de esa industria gigante, una nueva tendencia ha ido cobrando fuerza: los festivales boutique. Propuestas más íntimas, con curaduría específica, ubicaciones singulares y un fuerte énfasis en la experiencia.
Y América Latina no se ha quedado atrás.
Del mainstream al nicho: una nueva forma de vivir la música
A diferencia de los eventos con miles de asistentes y decenas de escenarios, los festivales boutique priorizan la calidad sobre la cantidad. Su objetivo no es reunir multitudes, sino crear atmósferas únicas. Aquí, la música convive con el diseño, la gastronomía, el bienestar y el entorno natural.
Los asistentes ya no buscan solo ver a sus artistas favoritos. Buscan desconectarse, explorar nuevas propuestas, conectar con una comunidad, sentirse parte de algo más íntimo y auténtico.
Experiencias inmersivas y curaduría artística
Eventos como Bahidorá (México), Hermoso Ruido (Colombia), Isla Festival (Argentina) o Anagrama (Chile) han apostado por una programación que trasciende géneros. Su enfoque está en crear un viaje emocional, no solo una playlist.
En Bahidorá, por ejemplo, los sets se mezclan con rituales sonoros, talleres de meditación, instalaciones de arte interactivo y gastronomía slow food. En Hermoso Ruido, los showcases se esparcen por toda Bogotá, convirtiendo la ciudad en una gran vitrina cultural.
Comunidad, naturaleza y conciencia
La mayoría de estos festivales tienen un fuerte componente ambiental y social. Promueven el consumo responsable, el uso de transporte colectivo, la economía local y el respeto por los territorios.
También han sido espacios seguros para la expresión de disidencias, propuestas feministas y artistas independientes que no suelen tener cabida en circuitos comerciales.
Lo que viene para 2025
Con la saturación de los grandes festivales, se espera que las propuestas boutique sigan creciendo. Los públicos más jóvenes buscan experiencias significativas, sostenibles y estéticamente cuidadas. Y eso es precisamente lo que estas iniciativas ofrecen.
En Inspiras, celebramos a los proyectos que nacen desde la pasión, el cuidado y la convicción de que otro tipo de industria musical es posible.
Fuentes: IndieHoy, Noisey LATAM, La Tercera, Vice