Camino a la excelencia: La importancia de construir una base sólida

Siempre estamos en búsqueda de atajos, de maneras de ser más productivos, más eficientes, llegar más rápido a donde nos proponemos. Es nuestro deber y en si, es la mejor forma de vivir, buscar siempre progresar.


Lo importante es saber que todos estos “atajos” realmente son solo una parte de un largo recorrido para convertirse en experto en eso que buscamos ser.
 

Ningún atajo va a suplir la práctica constante, ni tampoco va a darnos esa fortaleza mental que nos da el persistir, buscar caminos, no encontrarlos, seguir buscando y encontrarlos.

Los atajos, las experiencias ajenas, los buenos consejos, jamás van a reemplazar la experiencia propia, las cicatrices aveces físicas otras tanta emocionales que nos dan el intentar algo.

Los atajos nos pueden ayudar a construir una torre alta, pero que se puede venir abajo al primer viento fuerte que la mueva.

Es peligroso no construir unos cimientos sólidos, una base.

¿Cuales son los cimientos sólidos, que base?

Las horas y horas de práctica, los tiempos que no pasamos con familia y amigos por mejorar nuestras habilidades, las noches eternas, los cuestionamientos propios y extraños, todos esos intangibles que al final se conjugan para darnos la lección más importante que debemos entender: Aprender a creer en nosotros mismos.

Atajos, consejos, referencias, son bienvenidas, pero son solo un complemento al largo camino llamado experiencia, que se crea solamente a base de trabajo.

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